La mayoría de las empresas realizan análisis de criticidad y procesos de evaluación de riesgos con diferentes grados de éxito. En un análisis de criticidad se evalúan y clasifican los activos con el fin de comprender con claridad qué activos requieren atención inmediata y cuáles pueden esperar.
Un mejor enfoque es dividir la lista de activos en diferentes clases, dependiendo de cómo se planifique el mantenimiento de cada activo.
Nos alejaremos de un marco simplista de “crítico” o “no crítico”.
Volvemos a clasificar sus activos en más grupos con distinciones muy importantes. Tomemos el criterio de puntuación de la criticidad precedente para responder a una simple pregunta:
¿Cómo afecta este activo a la capacidad de la empresa para generar ingresos?
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